miércoles, 2 de octubre de 2013

Cogiendo carrerilla

Después de cinco días, el cielo, el cielo de Piura,  el cielo que en Lima no se deja ver entre la polución.

Nuestra llegada ha sido ajetreada pero estupenda, ya estamos instalados definitivamente (o eso creo),  y digo creo porque, por increíble que parezca en menos de 24 horas ya hemos cambiado de casa. Ha sido más que nada por las referencias que nos han dado de nuestra primera anfitriona, pero bueno, esto tampoco es tan importante, la cuestión es que ya estamos instalados, hemos colocado todas nuestras cosas y a partir de ahí sólo nos queda adaptarnos, aprender y disfrutar.
De esto último anoche ya hubo un anticipo, Gaby, la coordinadora de Canat (aprovecho y os dejo el enlace para que conozcáis de una forma más oficial los proyectos que tienen, su forma de trabajar, etc. http://www.canatperu.com/), organizó una cena en su casa con todos los voluntarios de la fundación, conocí a un montón de chicos y chicas de diferentes sitios, todos ellos (Gaby incluida) encantadores en nuestro primer contacto, cenamos (yo no, porque estaba mala) y después compartimos un rato, charlamos, resolvimos dudas… y de fondo, música en directo de la banda que forman tres de los chicos. Tocan  estupendamente y saben mucho de música española, con deciros que conocen Extremoduro… muchas de las canciones que tocaron me eran conocidas y de alguna  forma eso me ayudó a sentirme más cerca de casa.

Esta mañana, por fin, ¡los niños! Hemos conocido “Manitos trabajando”, uno de los tres principales proyectos de Canat, que trabaja con niños de entre siete y dieciséis años. Aquí hay dos turnos escolares, el de mañana y el de tarde, los niños están en “Manitos trabajando” la mitad del día en la que no tienen clase, allí les ayudan con sus tareas, y les dan formación complementaria: música, cajón, danza, deportes, desarrollo personal, etc.  Después de conocer a las distintas Misses (que así llaman aquí a las maestras, así que ya sabéis…yo Miss) y a los alumnos de las tres aulas (7 a 9, 10 a 13 y 14 a 16 años), hemos pasado un rato con los alumnos más mayores mientras recibían un taller de desarrollo personal en relación con la sexualidad.
Me ha sorprendido que se diera formación de este tipo a los chicos y chicas, pensaba que aquí, en Perú, serían más reacios a hablar abiertamente de este tema y que socialmente no estaría muy bien visto. Me he dado cuenta de que mi visión del país cambiará mucho en los próximos dos meses, seguro que esta es sólo una de las muchas veces que me sorprenda, para bien y para mal.
En lo que al taller se refiere, se han dicho muchas cosas con las que estoy de acuerdo y otras tantas con las que no, pero me parece fenomenal que se les haga saber cuáles son sus derechos con respecto a la sexualidad, que están protegidos por la ley, etc. Ya que todo esto ayuda desde mi punto de vista a formar una sociedad más responsable, más saludable y más feliz. Aún queda mucho por hacer para que un tema tan importante como este forme parte fundamental de la educación de todos los jóvenes, aquí y allí.
Una de las chicas ha reflexionado dejándome con la boca abierta, y por las caras de algunos de sus compañeros, estaba poniendo en voz alta las preocupaciones de más de uno.


Durante toda esta semana conoceremos el resto de trabajos que realiza la fundación aquí, ludotecas en Castilla, Ángeles y La Tortuga y “Manitos Creciendo”, pronto os cuento algo más sobre ellos y en cuáles me quedo colaborando estos dos meses, mientras tanto y desde mi nueva cama…buenas noches, buenos días o buenas tardes, según en la parte del mundo en la que estéis.

Os dejo una de las canciones que nos recibió...


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